Para comenzar este análisis empezaremos hablando un poco a cerca del TLC. Sin embargo la pregunta que de antemano surge es ¿Que tiene que ver el TLC con la Movilidad? Por supuesto que la pregunta es pertinente a saber que nuestras publicaciones están orientadas a analizar el tema de movilidad directamente, sin embargo, estos dos temas no deben tomarse de manera aislada como suele suceder; debido a la forma en que muchos medios de comunicación discriminan la posibilidad de tratar este tema en conjunto. Especulativamente, mencionaremos que debido a la entrada en vigor del dicho tratado entre Colombia y EEUU, el estado particular del comercio a automóviles y partes en cada país es diferente, lo que implica establecer cuál es esa diferencia, y para nadie es un misterio que los automóviles en EEUU son relativamente más económicos que en Colombia. Lo cual nos lleva a inferir que en el momento en que este tratado cobre vigencia, los automóviles bajaran de precio, y por tal motivo la gente tendrá acceso a comprar carro, pero sinceramente ese no es un buen negocio conociendo el estado actual de la movilidad en Bogotá, incluso en Colombia, la vías de acceso son muy pocas.


Algunas personas dirán que hubo otra forma de afectación el día 15 de mayo de este año, cuando empezó a regir el TLC y fue el atentado contra el ex ministro Fernando Londoño. Que una cosa tenga que ver con la otra no sabemos, incluso, existen cosas que hacen pensar que la idea de que este hecho se perpetrara casualmente ese mismo día, tiene que ver con otros asuntos, pero no nos vamos a meter con ese tema, simplemente esperamos que estos actos delincuenciales se esclarezcan lo más pronto posible para encontrar a los responsables de este suceso. Queremos recordar a nuestros lectores que estos análisis se hacen desde una perspectiva ciudadana, haciendo hincapié en la opinión que se genera desde nuestra manera de ver como ciudadanos, como un solo mecanismo de participación y de transformación en la manera de comunicar a la gente lo que sucede en Bogotá

Muchas dudas son las que surgen respecto a los hechos ocurridos recientemente y una de ellas es ¿la ciudad es segura para movilizarse en ella?. Si la movilidad de Bogotá ya era un caos desde antes, ese día las cosas se pusieron peor. Se reportaron otros incidentes que también tenían que ver con carros bomba; solo uno estallo, los demás fueron desactivados por los escuadrones antiexplosivos, pero la inseguridad era caminar junto a un carro mal parqueado o sospechoso de tener una bomba. Esa es una sensación de terror horrible y tras del hecho en las noticias, los espectadores tuvimos que soportar el amarillismo de los medios de comunicación, con el uso reiterado de la palabra terrorismo con el claro mensaje de querer generar miedo en la población civil.

Sin embargo no todo es malo, por lo menos se ve que las cámaras de seguridad instaladas en Bogotá son efectivas. En las noticias muestran unas imágenes de un sujeto cargando una bolsa y vestido de blanco, a lo que se debe decir que fue el sospechoso del atentado contra el ex funcionario y la gente que se movilizaba por estos lugares, dejando con esto mucho de qué hablar a cada ciudadano; lo que para muchos sigue pareciendo más eficiente la acciones viles que las que promueven el desarrollo de la ciudad. Debe ser por eso que el Ministro de minas y Ministro de hacienda ilusionan al pueblo con la rebaja en los precios de la gasolina para luego echarse para atrás como si nada, y por esta misma razón el presidente Uribe se pronuncia frente a los atentados ocurridos. Lo único claro es que en este momento no se pude confiar ni en el gobierno ni en los ex funcionaros de gobierno; y aun así, en esta situación tan incómoda debemos seguir saliendo a tomar el bus para cumplir con los compromisos adquiridos, algunos con el trabajo, otros con el estudio, otros buscando empleo y todo en un entrecruce de interacciones que implican observar que allí la gente se moviliza, se mueve por Bogotá, ya sea a pie, en carro, en bus, en bicicleta, en tracción animal, en balineras, etc., en fin, la ciudad no se detiene.

Y debemos seguir movilizándonos por avenidas en las que los separadores viales son más anchos que las mismas vías por las que transitan y se mantienen zonas verdes en medio de calles tan importantes como la Avenida El Dorado, eso sí es absurdo. A la altura de la zona empresarial se pueden ver lugares que parecen bosques perdidos en medio de la ciudad, también humedales que están siendo aniquilados por la contaminación y el abandono contingente del distrito. Con esto lo que queremos mostrar es que no es posible pensar en una movilidad digna sin atender temas que la afectan colateralmente. Todo lo anteriormente mencionado afecta la movilidad, ya que cada persona siempre se enfrenta a decidir de qué manera va a movilizarse cada día, si en bus o en taxi, o en carro, o a pie, que en ocasiones resulta más rápido que en cualquiera de los transportes antes mencionados, debido a los trancones que se generan en las avenidas, o tal vez en bicicleta, si cuenta además de la indumentaria (algo así como una especie de overol que proteja el traje de las lluvias y del polvo de las calles destapadas para que no se ensucie mucho porque ese mismo traje muchas veces debe alcanzar para mínimo dos posturas, lavarlo con solo una es un gasto de agua que el bolsillo no aguanta).

Y ni hablar de las obras inconclusas de la malla vial, esas sólo se pueden evadir a pie, en bicicleta o moto pero violando algunas leyes de tránsito y claro, ¿quién no se ha encontrado con una moto en medio del andén?; Se les tacha de imprudentes, de atravesados, de invasores del espacio público, de coger los andenes de carretera, pero aquí no solo está en juego las leyes de tránsito que nadie cumple pero que quisiéramos que los demás cumpliesen para nuestro bien, una cierta actitud egoísta frente a la norma, Además es una constante en los gobiernos distritales el prometer a la ligera; como esto se tratara de ver quien dice las cosas antes que otros las diga, pues de esa índole es la promesa de reducción del precio de la gasolina que ya mencionamos; y pues si una persona que va en moto ve que puede economizar su recorrido de 400 metros pasando a través de una parque que no tiene más de 100, pues eso representa economía para bolsillo, porque así como van la cosas, tendremos empezar a hacer gasolina casera para que alcance para el diario porque estas jornadas tan largas en la moto cansan mucho y la plata no se ve.

http://mikesbogotablog.blogspot.com
Colombia es una país de ciudadanos malabaristas, en el buen sentido por supuesto, porque no cualquiera vive fuera de Bogotá y trabaja en ella sabiendo que debe tomar mínimo cuatro buses diarios, soportar los trancones de más de 150 minutos, pero bueno, con la implementación del SIPT se espera que esto no siga igual y mucho menos que empeore, aunque hay ciertas dudas porque si la idea es que los buses no pasen de ciertas zonas quizá sea necesario coger más de un bus, incluso viviendo dentro de la ciudad y eso no garantiza que no halla trancones, igual el único transporte público con vías propias es TransMilenio y a su vez se les permite invadir otros senderos mientras que el resto del parque automotor se tiene que aguantar imágenes como estas.

Tan solo, con el tema de movilidad en Colombia, específicamente Bogotá entra perdiendo en el TLC; ya que, Bogotá es una ciudad inmóvil, que entra con sus arterias y vías de comunicación hechos un caos, esto más bien parece una pelea de tigre con domador amarrado. Claro, Ahora bien, remitiéndonos a otro aspecto medular en nuestra movilidad tenemos que hacer la siguiente pregunta: ¿cómo empata el SITP (Sistema Integrado de Transporte Publico) con el Metro Pesado y Ligero?; Claro que cuando alguien vende algo no lo va a ofrecer enseñando sus defectos sino sus virtudes, aunque estas últimas sean menos significativas que las primeras, lo cual lleva a pensar en la dificultad que se tiene para acceder a los proyectos escritos que hablan de este tema y en general de los proyectos que se quieren ejecutar para mejorar la movilidad. Por supuesto, esto debe ser un trabajo de información del cual cada quien debe encargarse por su cuenta, ¿para qué pensar en socializar estos proyectos en las juntas de acción comunal, cierto? Lo que deja ver esto, es la falta de interés y la actitud despectiva que los políticos guardan hacia los ciudadanos, siempre subestimando nuestro bienestar y considerando que el bienestar personal de ellos es el del pueblo, cuando las cosas suceden al contrario dentro de una nación en la que no se respete la autonomía ciudadana. El SIPT es una tropello a ello, ya que en este proyecto considera la movilidad por sectores hasta el punto de convertir la ciudad en un conglomerado de islas intocables, situación que cabe considerar como una legitimación de la existencia de mafias familiares que se distribuyen una zona geográfica por sectores para no pisarse los talones.

Pero el interés de estas mafias legales versa en el interés de hacer que las personas tengan que tomar más buses de los que toman actualmente, para así en un sentido amplio disminuir la tarifa del pasaje por bus, pero que en últimas se reintegran por la cantidad de buses que toca tomar. Finalmente, ¿Quién sabe a ciencia cierta si no habrá algún guardado económico para aquellos políticos corruptos que quieran jugar con los presupuestos públicos en situaciones en las que la gente no puede ser dueño del dinero?; ¿La ampliación del servicio urbano público conduce a planteamientos drásticos?. Aceptar, por ejemplo, la instalación de tranvía en la carrera 7a

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